Que las llamen como quieran, pero que construyan más. Que no tengamos que cruzar la calle en cada curva para seguir caminando por ella o ir al borde de la vía o por la cuneta para esquivar los carros.
Que sean amplias, con espacio para las bicicletas y que si viene una caderona, no nos tengamos que bajar a la calle para hacerle espacio.
Que sean frescas, con sombra, llenas de guayacanes y carboneros florecidos, con guayabos, pomos, nísperos y mangos para calmar el hambre. Que los pajaritos nos acompañen los pasos y las hojas nos filtren el aire para no tragarnos entero el humo de los carros.
Y si se puede, que en las lomas nos arrastren, porque hay algunos que vivimos muy arriba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario